La región central de Chile todavía está en riesgo de sufrir un gran terremoto cerca del sitio donde ocurrió el sismo de 8,8 grados en febrero del año pasado, advierten científicos del Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología de Italia.
En ese entonces, los expertos coincidieron ampliamente en que el movimiento telúrico había disipado la presión acumulada durante más de un siglo sobre la falla geológica que atraviesa la región de Maule, epicentro del terremoto.
Pero un nuevo estudio descubrió que muy poca de la tensión en las placas tectónicas cedió e, inclusive, aumentó en algunos lugares.
El evento en Maule de 8,8 grados ocurrió donde convergen las llamadas placas de Nazca y Sudamérica. Estos extensos bloques en la superficie de la Tierra están en colisión, apiñándose lenta y pesadamente unos centímetros cada año.
Su epicentro fue a unos 100 kilómetros de la ciudad de Concepción y causó extensos daños a las construcciones e infraestructura. El temblor también generó un tsunami que inundó las zonas costeras. Más de 500 personas perdieron la vida.
El terremoto sucedió en que los científicos en aquella época denominaron "brecha sísmica" -una zona a lo largo de los puntos de contacto de las placas tectónicas donde no había ocurrido un sismo de consideración desde el que describió Charles Darwin en 1835 durante su famosa expedición a bordo del Beagle.
Se presumió, pues, que el terremoto de 8,8 grados de Maule habría liberado la tensión acumulada en las rocas durante 175 años.
Incremento de presión
Sin embargo, un estudio del Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología de Italia (INGV) afirma haber encontrado un escenario muy diferente después de haber investigado la región de cerca.
Epicentro sísmico
Para ello utilizaron una mezcla de datos del tsunami, radar satelital y GPS para evaluar dónde se habían deslizado las rocas en la zona del sismo y dónde habían quedado compactas.
"La mayoría de la energía del terremoto se disipó hacia el norte, empalmando con la zona del terremoto de 1928, y más hacia el sur, empalmando con una parte afectada por el terremoto de 1960", explicó John McCloskey, miembro del equipo investigador y profesor de la Universidad de Ulster en el Reino Unido.
"La propia zona de la 'Brecha Darwin' no experimentó mucho deslizamiento, aunque la ruptura sí pasó por ahí; además, cuando uno calcula las tensiones generadas por el terremoto, descubrimos que algunos sitios en la Brecha Darwin que estaban fuertemente empatados -o sea, los que habrían acumulado mucha tensión durante casi los últimos 200 años- de hecho han experimentado un incremento de presión, porque el deslizamiento fue tan pequeño, y han quedado recargados en lugar de ceder", añadió.
El estudio señala que en lugar de minimizar la ocurrencia de otro sismo en la Brecha Darwin, ahora hay una mayor probabilidad que haya un gran terremoto alrededor del epicentro del evento que ocurrió en febrero 2010 y un poco al sur de este.
Los cálculos indican que dicho temblor tendría una magnitud de entre 7,5 y 8 grados. No obstante, no es posible prever cuándo sucedería.
Los científicos creen que su investigación resalta la complejidad del comportamiento de las placas e ilustra lo deficientes que pueden ser las brechas sísmicas en predecir terremotos.
"Debemos estudiar los terremotos del pasado en mucho más detalle para así empezar a formarnos una imagen. Nunca tendremos la capacidad de pronosticar un sismo -no creo que sea una meta realista en mi vida", dijo el profesor McCloskey.
"Pero creo que podríamos identificar lugares críticos como este, que serían los próximos en registrar actividad. Así se podrían concentrar los recursos de prevención, como el control de la construcción y otras medidas", concluyó.
Fuente: BBC
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